Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta de México, llega al poder
Con una victoria electoral de casi el 60% de los votos, Sheinbaum asume el liderazgo de México pisando fuerte. Le esperan importantes retos como la violencia de género y el crimen organizado.
México vive un día histórico este martes 1 de octubre: Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta del país, tomará posesión y empezará su período de seis años. Un hito al que llega con paso decidido tras llevarse casi el 60% de los votos en las elecciones federales del pasado 2 de julio. Pero no le espera un panorama fácil, empezando por la violencia del crimen organizado que azota el país.
"Es tiempo de mujeres y de transformación", ha señalado Sheinbaum, exalcaldesa de Ciudad de México en numerosas ocasiones. De hecho, el día que se conoció su victoria sostuvo: "No llego sola. Llegamos todas, con nuestras heroínas que nos dieron patria, con nuestras ancestras, nuestras madres, nuestras hijas y nuestras nietas”.
Sin embargo, el país que ahora lidera tiene un amplio historial de violencia de género: 10 mujeres son asesinadas todos los días, según cifras de la ONU. Y México es el país de América Latina en el que más aceptación social tiene la violencia doméstica 31,8%. O sea, una de cada tres personas.
En esa línea, María Fernanda Bozmoski, subdirectora del centro Adrienne Arsht para América Latina, que forma parte del centro de pensamiento The Atlantic Council, dijo a la agencia de noticias AFP que tener a una mujer como presidenta no es garantía de un mayor enfoque en los derechos de las mujeres.
"Cuando pensamos en otras mujeres líderes en la región, eso no necesariamente se traduce en que los asuntos de las mujeres sean una prioridad", declaró a la AFP. Y también destacó que Sheinbaum enfrenta otros asuntos urgentes como la seguridad, la energía y la política exterior.
A sus 62 años, Sheinbaum juramentará ante el Congreso su compromiso de liderar el país de habla hispana más poblado del mundo: 129 millones de habitantes. Luego encabezará la celebración popular en el Zócalo, la principal plaza de Ciudad de México.
México ahora se suma a la lista de países latinoamericanos que son o han sido gobernadas por mujeres: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua y Panamá.
“Heredera” de López Obrador
Científica de carrera, Sheinbaum se ganó al electorado con la promesa de continuar la agenda de reformas del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, miembro del partido gobernante Morena y, además, su mentor.
Un detalle que no es menor si se tiene en cuenta que AMLO, como también es conocido, entrega la batuta presidencial con una popularidad cercana al 70%, explicada principalmente por sus políticas enfocadas a ayudar a los mexicanos más pobres.
Sheinbaum durante un desfile militar para celebrar el Día de la Independencia organizado por el presidente saliente de México, Andrés Manuel López Obrador, el 16 de septiembre de 2024. (Reuters)
De hecho, al poner la desigualdad bajo el foco de atención, López Obrador llevó a que amplios sectores de la población restauraran su confianza en el Gobierno. En 2023, el 61% de los mexicanos dijo tener fe en su gobierno, en comparación al 29% registrado cuando asumió el cargo. “La mayoría de la población siente que finalmente hay alguien en el poder que responde a sus intereses”, dijo el historiador Humberto Beck al diario The Guardian.
Popularidad aparte, AMLO entrega un México que lleva años, incluso antes de su mandato, azotado por la violencia de los cárteles de la droga que ejercen control sobre algunas zonas del territorio, y extienden su poder a través de asesinatos, secuestros y sanguinarios crímenes.
La creciente violencia criminal, vinculada al narcotráfico y a bandas dedicadas a la extorsión, entre otros delitos, deja un saldo de más de 450.000 asesinatos en el país desde finales de 2006.
Aunque Sheinbaum ha dicho que mantendrá la polémica estrategia de su predecesor de "abrazos, no balazos", basada en emplear políticas sociales para abatir las causas de la criminalidad, algunos expertos esperan cambios en su enfoque.
"Será una versión modificada del abrazos no balazos que dependerá más de la inteligencia y que será por lo tanto más eficaz en lograr resultados", apuntó en conversación con AFP la profesora Pamela Starr, especialista en México de la Universidad del Sur de California.
Tal estrategia, aplicada por Sheinbaum cuando gobernó Ciudad de México, "fue muy exitosa en reducir el crimen", agregó.
La nueva presidenta también deberá afrontar las consecuencias de la polémica y recién aprobada reforma judicial, que convertirá a México en el único país del mundo en elegir a todos sus jueces por voto popular.
López Obrador argumentó durante sus últimas semanas en el cargo que este cambio era necesario para limpiar un poder judicial "podrido" que sirve a los intereses de la élite política y económica.
La reforma constitucional, cuyos críticos argumentan que hará más fácil que los políticos y el crimen organizado influyan en los tribunales, generó preocupación entre inversores extranjeros, así como a sus principales socios comerciales, Estados Unidos y Canadá.
Aun así, expertos creen que Sheinbaum mantendrá buenas relaciones con quien sea que gane las elecciones de Estados Unidos de noviembre próximo que disputan la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump.
Claudia Sheinbaum saluda a sus seguidores luego de ser declarada ganadora de las elecciones presidenciales de México 3 de junio de 2024. (Reuters)
Una polémica diplomática con España
Sheinbaum asume el cargo en presencia de numerosos dignatarios extranjeros, como el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden.
Sin embargo, un personaje de alto perfil que brillará por su ausencia será el rey Felipe VI de España, a quien Sheinbaum no invitó a la toma de posesión. Una decisión que desató tensiones entre los dos países y hasta cruce de declaraciones.
Entre las primeras reacciones estuvo la del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, quien calificó la situación de "inexplicable e inaceptable", y anunció que su país no enviaría representación. Luego hubo una queja formal ante México por la no invitación al rey Felipe VI. Y al final a Sheinbaum le tocó salir a explicar el contexto de la decisión.
¿Exactamente por qué no se invitó al monarca? Sheinbaum detalló en un comunicado la semana pasada que la razón está en “antecedentes” que se remontan a 2019 y se relacionan con falta de respuestas de la corona española. Según explicó, AMLO pidió en ese momento a la monarquía de España que se disculpara con los mexicanos por “los agravios causados” durante la Conquista de México (1521-1821). La solicitud también fue enviada al papa Francisco, quien aceptó pedir perdón.
Pero, en el caso de España, "lamentablemente, dicha misiva quedó sin respuesta", dijo Sheinbaum. Y subrayó que cuando la monarquía española se niega a pedir perdón “y, además, no hay una respuesta oficial al presidente”, lo que queda es un “agravio” a todo el pueblo de México.
España respondió señalando que no participaría de la toma de mando, a pesar de sus fuertes lazos económicos e históricos con México.