Orquesta de la Amazonía interpreta una ópera indígena en su lengua original
Compuesta originalmente en bésiro, lengua nativa de los chiquitanos, es una ópera única en el mundo. Sus partituras permanecieron ocultas durante siglos en una iglesia de la Amazonía boliviana.
Tras pasar siglos oculta en una iglesia en medio de la Amazonía de Bolivia, una ópera barroca escrita por un indígena cobró vida en bésiro, su lengua original.
La ópera fue interpretada por primera vez, desde su hallazgo en los setenta, por la orquesta sinfónica del poblado de San Javier, en el departamento de Santa Cruz, de casi 19.000 habitantes.
Sus partituras habían sido guardadas por los chiquitanos en la iglesia de San Rafael, a unos 300 kilómetros del poblado donde se interpretó la ópera.
Fueron halladas en los setenta, cuando el arquitecto suizo Hans Roth viajó a Bolivia para restaurar algunos templos de los jesuitas en la Amazonía: allí se encontró con miles de partituras en español y con la singular ópera en bésiro.
Recrear la ópera en su dialecto original
La ópera fue escrita e interpretada en bésiro. Esta es una de las lenguas del pueblo nativo chiquitano y forma parte de los 37 dialectos reconocidos oficialmente en Bolivia.
Actualmente, esta lengua solo es hablada a nivel local por los ancianos y es una de las siete que están en riesgo de desaparecer en Bolivia, según el gubernamental Instituto Plurinacional de Estudios de Lenguas y Culturas.
Las partituras de la ópera habían sido guardadas por los chiquitanos en la iglesia de San Rafael. (AFP/AIZAR RALDES)
Hace un año, el director cubano Eduardo Silveira y su orquesta sinfónica de jóvenes se abocaron a la tarea de recrear la obra en su dialecto original, contando con la ayuda del sacerdote e historiador polaco Piotr Nawrot.
A los violines, guitarras y violonchelo de la música barroca le sumaron tamboriles y otros instrumentos nativos como el "sananax", una suerte de trompeta de bambú.
Tener "la única ópera en el mundo con el texto en la lengua local, ya es una ganancia", destaca Nawrot, de 69 años.
"Reconstruir la música no ha sido tan complicado como reconstruir los textos, más todavía en una lengua extraña que yo no entiendo y hay poca gente que habla", evoca el historiador.
El desafío de aprender bésiro
Uno de los desafíos de los intérpretes fue aprender bésiro. A las cantantes les tomó un año familiarizarse con este dialecto.
Le pregunté a "personas mayores cómo se habla (...) para poder aprenderlo, ya que también aparte de ser solista, me dio también curiosidad por la forma en como lo hablan", recuerda Yhorgina Algarañaz, una de las protagonistas. La intérprete alternaba la preparación de la ópera con su trabajo en el mercado vendiendo frutas y hortalizas.
La obra finalmente vio la luz a finales de abril. San Javier organizó una velada especial para el lanzamiento de la ópera barroca indígena.
Una ópera única en el mundo
Frente al altar de la iglesia de San Javier, Yhorgina Algarañaz y Carla Pereyra, de 18 y 36 años, respectivamente, encarnan un diálogo en bésiro entre San Francisco y San Ignacio.
Las cantantes llevan barbas postizas, túnicas negras y sandalias. Cruzan miradas antes de entonar la lengua de los antepasados nómadas: "siromati ape, asaraimia nuxia nipoxti Tupax" (ven al cielo a ver lo buena que es la casa de Dios).
A las cantantes les tomó un año familiarizarse con el bésiro. (AFP/AIZAR RALDES)
El público se levanta y estalla en un sonoro aplauso frente a la que puede ser una inédita interpretación de la ópera San Francisco Javier.
El cubano Eduardo Silveira, de 55 años, director de la que es considerada la única ópera que interpreta en bésiro conocida hasta ahora, ya piensa en la próxima presentación. "Vamos a seguir, esa es nuestra misión", subraya el director.