Invertir en clubes de fútbol: ¿un negocio rentable?

Cada vez son más los grandes nombres del balompié que se asocian a empresas de países lejanos, sin relación con la historia del club. La pandemia ha disparado este fenómeno, visto por los economistas como una oportunidad de negocio a corto plazo.

Los jugadores se alinean antes del partido de octavos de final de la UEFA Europa League entre el Sevilla FC y el Fenerbahce en el estadio Ramón Sánchez Pizjuan de Sevilla, España, el 9 de marzo. Foto: AA
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Los jugadores se alinean antes del partido de octavos de final de la UEFA Europa League entre el Sevilla FC y el Fenerbahce en el estadio Ramón Sánchez Pizjuan de Sevilla, España, el 9 de marzo. Foto: AA

Everton F.C. (Inglaterra), Genoa C.F.C. (Italia), Sevilla F.C. (España), Hertha Berlin BSC (Alemania), Red Star F.C. (Francia), Standard de Lieja (Bélgica), CR Vasco da Gama (Brasil) y Melbourne Victory F.C. (Australia). Todos estos equipos de fútbol tienen un vínculo en común: su principal accionista, excepto en el caso del Sevilla, donde su participación es minoritaria, es la empresa de inversión privada con sede en Miami 777 Partners, fundada en 2015, hace apenas ocho años. Estos inversores estadounidenses pusieron sus ojos en el equipo de Nervión en 2018, adquiriendo una participación que, actualmente, asciende a un 7,5%. Su último movimiento financiero relacionado con el deporte rey, en septiembre de 2023, fue hacerse con el 94,7% de las acciones del Everton inglés.

No es el único ejemplo en el mundo del fútbol de titularidad de varios clubes o MCO, por sus siglas en inglés (multi-club ownership), por parte de empresas de capital privado. El fondo de inversión británico Amber Capital, fundado por el empresario Joseph Oughourlian, presidente del gigante mediático Grupo PRISA y editor del diario español El País, es accionista mayoritario del Millonarios Fútbol Club (Colombia), Calcio Padova (Italia), RC Lens (Francia) y Real Zaragoza (España). Además, la empresa posee una participación minoritaria en el Inter Miami de Lionel Messi.

Según un análisis de la empresa de estudios financieros Pitchbook, los denominados MCO poseen participaciones en el 41,7% de las entidades deportivas de las cinco grandes ligas europeas en la temporada 2023-2024, frente al 36,7% de la temporada anterior. Los más activos suelen ser inversores norteamericanos, omnipresentes en el mercado europeo.

De hecho, según un estudio de la UEFA, más de un tercio de los clubes de estas cinco ligas están vinculados durante esta temporada a inversores privados, concretamente, 37 de los 96 equipos que juegan en la primera categoría en Inglaterra, Italia, Alemania, España y Francia. El principal organismo del fútbol europeo apunta a la pandemia de COVID-19 como el principal desencadenante de este fenómeno: las pérdidas millonarias que provocaron los estadios vacíos y los partidos aplazados se tradujeron en una necesidad de inyección de capital en la que muchos inversores olieron el negocio.

Una oportunidad de negocio a corto plazo

¿Qué lleva a los inversores a interesarse por negocios que, generalmente, tienen poco margen de beneficios y, en muchos casos, se encuentran a miles de kilómetros de su sede? Para el experto en economía deportiva Iván Cabeza, se trata de una apuesta temporal: “El mundo del fútbol es un mundo inflacionista. Los recursos son los que son y necesita dinero permanentemente. Siempre hay cantos de sirena: hay problemas, llega alguien, pone dinero y se acaban esos problemas a corto plazo”.

El economista, en declaraciones a TRT Español, explica que la mayoría de inversores extranjeros “pretenden entrar en la gestión de un equipo, generar valor y venderlo por un diferencial en un futuro no muy lejano”. La plataforma de análisis de datos Football Benchmark coincide con esta visión, utilizando como ejemplo el fútbol inglés: “Una de las razones que explican la gran cantidad actividad inversora en los clubes de divisiones inferiores es la recompensa de un potencial ascenso a la Premier League. Esto puede considerarse especulación: en la mayoría de los casos, se requiere un alto nivel de inversión en la plantilla para alcanzar este objetivo, lo que a menudo se traduce en operaciones deficitarias”.

Esta plataforma también destaca los motivos geopolíticos o la reputación positiva que puede generar comprar un equipo de fútbol. En este sentido, entiende la compra de un club como un ejemplo de ‘soft power’ (influencia internacional) ejercido por parte de un Estado, apuntando a las adquisiciones de algunas entidades por parte de empresarios chinos o de Oriente Medio. Para Cabeza, este tipo de operaciones constituyen un “lavado de imagen” para ciertos regímenes políticos. “El PSG y el Manchester City suelen ser considerados embajadores de los países de sus propietarios, Catar y los Emiratos Árabes Unidos”, añaden desde Football Benchmark.

En el caso de los inversores estadounidenses, hay que añadir que las tendencias macroeconómicas mundiales han aumentado el atractivo de los activos europeos para ellos: “La creciente fortaleza del dólar frente a la libra esterlina y el euro en los dos últimos años ha permitido al capital riesgo estadounidense invertir en clubes europeos con un descuento relativo”, señalan desde el bufete de abogados internacional Clifford Chance.

Derechos televisivos y revuelta en las gradas alemanas

Clifford Chance espera también que los derechos audiovisuales asociados a los activos deportivos continúen con su revalorización, especialmente con la aparición de plataformas de streaming interesadas en retransmitir eventos deportivos. La anteriormente mencionada 777 Partners es propietaria del 40% de 1190 Sports, la empresa que emite los partidos de la Primera División del Perú.

Por su parte, la entidad de capital riesgo británica CVC Capital Partners llegó a un acuerdo pionero en 2021 con LaLiga para inyectar 2.000 millones de euros en sus clubes de primera y segunda división, a cambio de una participación en sus derechos televisivos. La Ligue 1 francesa ha seguido los pasos de LaLiga esta temporada con un acuerdo similar. Los clubes pueden utilizar ese dinero para impulsar el desarrollo de infraestructuras, marketing o digitalización, además de inscribir jugadores o liquidar deuda, según establece el acuerdo.

CVC Capital Partners trató de alcanzar un acuerdo similar al implantado en LaLiga y la Ligue 1 en la Bundesliga, pero encontró una gran oposición por parte de los aficionados. Los hinchas del Union Berlin lanzaron monedas de chocolate y pelotas de tenis al campo en su enfrentamiento con el VfL Bochum. Los del Hansa de Rostock, equipo de segunda división, lanzaron pirotecnia en su partido contra el Paderborn, provocando heridas a otros aficionados y algunos agentes de la policía. La presión provocó que la Liga de Fútbol Alemana (DFL) acabara cediendo en el mes de febrero de 2024 y el acuerdo no se cerrara.

El modelo de gestión alemán

El caso teutón es singular: en Alemania se aplica la conocida como regla del 50+1, mediante la cual el capital privado no puede poseer más del 49% de las acciones del club, que están en manos de los socios.

Cabeza opina que se trata de algo cultural, relacionado con la solvencia económica general del país. “Los clubes alemanes tienen un sentido de la responsabilidad y de la buena gestión muy elevado. Son clubes en los que los socios, al tener esa mayoría, son parte importante de la gestión. Muchas de las decisiones que se toman tienen que ver con el interés de los aficionados”, asegura, añadiendo que “les está funcionando bastante bien, porque la Bundesliga está a punto de alcanzar a la liga española en ingresos. Probablemente el modelo sea acertado”.

Además, destaca que el capital privado que invierte en el fútbol alemán no pone en peligro la idiosincrasia de los equipos, al estar relacionado con negocios de su zona: “En el caso del Bayern, por ejemplo, los principales patrocinadores son Audi, Adidas y Allianz. En el caso del Wolfsburgo, es la empresa Volkswagen, que tiene allí su sede. No son árabes, chinos o norteamericanos que no tienen nada que ver con el club. Esto provoca que el sentimiento de pertenencia se mantenga vigente”.

El fútbol, de los aficionados y para los aficionados

La fórmula asociativa, cada vez menos común en el deporte rey, encuentra sus mayores ejemplos en el Real Madrid y el F.C. Barcelona. Junto al Athletic Club y al Osasuna S.A.D, son los únicos equipos españoles de primera división que continúan en manos de sus socios. No obstante, “colaboran con capital privado para desarrollar líneas estratégicas de negocio”, según Cabeza, como, por ejemplo, la reforma del Santiago Bernabéu en el caso de los blancos.

En Latinoamérica también se pueden encontrar países cuyos equipos funcionan con modelos asociativos. Es el caso de las ligas de Ecuador, Paraguay y Argentina, esta última potencia futbolística mundial y vigente campeona del mundo. La llegada a la Casa Rosada en noviembre del libertario Javier Milei, férreo defensor de la privatización de muchos sectores, incluido el fútbol, se dio de bruces con la firme oposición de los clubes argentinos a dejar de funcionar como asociaciones civiles sin fines de lucro. Los dos gigantes del país, Boca Juniors y River Plate, emitieron sendos comunicados reivindicando su modelo de propiedad asociativo.

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