El fútbol y La Liga: impulsores del “poder blando’ español

La industria del fútbol se ha convertido en una marca de exportación, especialmente para España, que la ha convertido en uno de los puntos fuertes de su “soft power” en el mundo.

El Real Madrid, uno de los equipos más famosos de España, ganó la UEFA Chamions League el 1 de junio ante Borussia Dortmund, en Wembley. / Foto: Getty Images
Getty Images

El Real Madrid, uno de los equipos más famosos de España, ganó la UEFA Chamions League el 1 de junio ante Borussia Dortmund, en Wembley. / Foto: Getty Images

La industria del fútbol se ha convertido en una verdadera marca de exportación para los países, especialmente para el caso de España, hasta el punto de convertirla en uno de los puntos fuertes de su “poder blando” a nivel global.

España “aparece” en el mundo diariamente a través de las noticias sobre La Liga y sus grandes clubes de fútbol, como el Real Madrid o el FC Barcelona.

Así, los intereses deportivos se mezclan a menudo con intereses económicos de dimensión desconocida para una economía de tamaño medio como es la de España, que en este punto juega y se codea en primera liga, muy por delante de otros países con mayor poder económico y político.

El colofón ha llegado en el año 2023, cuando España obtuvo el triunfo en el Campeonato del Mundo de fútbol femenino, y con la nominación de la futbolista Ariana Bonmatí por la FIFA como la jugadora más destacada del año.

Un ‘poder blando’ que trasciende fronteras

El término “poder blando” (o “soft power”, en inglés) fue acuñado por el politólogo estadounidense Joseph Nye a mediados del siglo XX. Con ello aludía a aquellos países cuya presencia internacional, que puede ser relativa en ámbito económico o político, es impulsada por otros factores de tipo cultural, unos valores determinados, una actuación o iniciativa de excelencia en algún campo diferente a aquellos.

El poder blando es, según la consultora Brand Finance, la capacidad de una nación para influir en las preferencias y comportamientos de varios actores en el ámbito internacional a través de la atracción o la persuasión en lugar de la coerción.

Según los datos de dicha consultora para su informe de 2024, España se posiciona en el puesto 11 de una lista de 60 países en clasificación de poder blando, con una puntuación de 59,2, cuando el promedio es de 40,8.

En lo relativo al deporte, esta diferencia es mucho mayor: España obtiene una calificación de 5,7 puntos, frente a los 5,2 obtenidos en 2023, en la categoría “Líder en Deportes”, que en esta clasificación se incluye en el pilar “Cultura y Patrimonio”. En dicha categoría se posiciona en quinto lugar mundial.

”Esta evaluación representa la importancia del deporte, en particular del fútbol, como un atributo crucial para la construcción de la marca país y su influencia a nivel global”, considera Pilar Alonso, directora de la consultora para España, Portugal e Iberoamérica.

Para César García Muñoz, profesor de comunicación estratégica en la escuela de negocios ESIC (Madrid), y autor de numerosos artículos sobre la materia, “el poder blando se basa en la economía de la atención. Si eres capaz de generar atención, tienes poder. El fútbol es una moneda global, viaja bien, es como un salvoconducto”.

Getty Images

Lamine Yamal y Álvaro Morata de España celebran un gol durante el partido de la fase de grupos de la UEFA EURO 2024 ante Italia. (GETTY IMAGES)

Las estadísticas resultan muy significativas para valorar cómo y por qué motivo se conoce a España en el mundo.

Así, según el último informe del Real Instituto Elcano sobre la presencia de España en la prensa internacional, un 35% de las noticias publicadas en el mundo en 2022 giraron en torno al deporte rey, muy por delante de los porcentajes registrados por otros países de su entorno.

Dentro de las instituciones relacionadas con España que más citas recogen, figuran el Real Madrid en tercer lugar (tras la OTAN y la Unión Europea), y por delante de la FIFA y la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA), en este orden. Por tanto, tres de las cinco instituciones más vinculadas a España tienen relación directa con el fútbol.

Otro claro ejemplo de soft power en este ámbito es Argentina, flamante campeón del mundo de fútbol en 2022. Un deporte que levanta pasiones en aquel país, y cuya victoria le volvió a poner en el centro de las miradas.

El país sudamericano cuenta además con algunos de los jugadores que más cotizan en el fútbol mundial, en clasificaciones que a menudo encabeza Lionel Messi, quien fue jugador estrella del Barcelona, luego del PSG de París y ahora del Inter Miami.

Para César García, “Argentina es un ejemplo clarísimo de poder blando. La selección proyecta competitividad y excelencia, cosa que Argentina no proyecta en casi ningún otro ámbito. La camiseta de la selección es icónica y muy popular a nivel global”.

Getty Images

Lionel Messi, capitán de la Selección de Argentina, fue figura del Barcelona por varios años y ganó la Copa del Mundo con la Selección Argentina en 2022. (GETTY IMAGES)

Los clubes como ‘marcas’

El informe Brand Finance Fútbol 50 2023 incluye 9 marcas españolas de clubes de fútbol entre las 50 marcas de clubes más valiosas y fuertes del mundo, incluyendo no solo a los grandes sino también a clubes como el Sevilla FC, el Villarreal CF o el Real Betis, que destaca en el índice de sostenibilidad.

La primera marca mundial de clubes de fútbol en 2023 fue el Real Madrid, posicionándose en segundo lugar en valor de la marca (1.460 millones de euros), tras el club británico Manchester City FC; la tercera, el FC Barcelona, según la clasificación de la firma Brand Finance.

Dicha clasificación valora aspectos como el atractivo de la marca para los seguidores, futbolistas, inversores y sponsors.

Así, los clubes de fútbol no solo representan entidades deportivas, sino que también se convierten en auténticas insignias de ciudades e incluso países.

“Estas marcas de clubes no solo generan un fuerte sentido de pertenencia, sino que también construyen la reputación de las ciudades a nivel mundial a través de elementos como el escudo, los colores, el estadio y la pasión de los aficionados”, añade Pilar Alonso.

En este sentido, señala que “el Real Madrid y el FC Barcelona han captado la atención de millones de aficionados en todo el mundo, reforzando la imagen de España como país de referencia para la práctica de este deporte”.

“La reputación de estos clubes va más allá del éxito deportivo. El estilo de juego y la cultura futbolística crean una conexión emocional con los aficionados, asociando positivamente la marca España con la pasión y el sentimiento de pertenencia a un club”, prosigue Alonso.

Y concluye: “estos clubes no solo son protagonistas en el terreno de juego, sino que también desempeñan un papel crucial en la economía española. El impacto económico derivado de contratos de patrocinio, ventas de merchandising y el turismo vinculado al fútbol constituye una contribución significativa a la economía del país. Esta realidad refuerza al mismo tiempo la posición de España como actor destacado en la escena deportiva mundial”.

Por su parte, César García explica que “los clubes españoles tienen mayor notoriedad que otras empresas globales españolas. Proyectan una imagen de excelencia, de grandeza, que España no tiene en otros órdenes”.

Asimismo, su visión sobre el verdadero peso económico de los clubes resulta más escéptica: “hay desproporción entre dicha notoriedad y el peso económico de los clubes. En términos relativos el fútbol mueve poco dinero”.

“Se observa una hipertrofia del márketing en los clubes, en su búsqueda para aumentar el negocio en todos los órdenes. Tenemos el ejemplo del Real Madrid, que con su nuevo estadio se convierte con su nuevo estadio [Santiago Bernabéu] en empresa proveedora de contenidos, y de ahí vendrán la mayoría de sus ingresos”, indica.

¿Cuál es el futuro del fútbol para representar el poder blando de las naciones? Según García, “en Europa el fútbol todavía tiene un componente de identidad individual y colectiva, algo que no pasa en EE.UU. El fútbol tiene capacidad de resistencia frente a la falta de ética aunque se empiezan a ver signos de erosión”.

“Con las nuevas generaciones el fútbol no tiene tanto atractivo, surgen alternativas y veo evolución hacia el ‘sportainment’ al modo que se vive en los EEUU, donde prima más espectáculo que deporte. No daría por hecho que el fútbol en diez años tenga la importancia que tiene ahora”, sentencia.

Route 6