Dos caras de la misma moneda: inmigración y Gaza en debate de Biden y Trump

Biden y Trump intercambiaron acusaciones y buscaron diferenciar sus posturas sobre Gaza y políticas migratorias. Pero sus propuestas no presentan cambios significativos en la política estadounidense.

Trump y Biden se midieron este jueves en el primer debate de cara a las elecciones presidenciales de noviembre. / Foto: Reuters.
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Trump y Biden se midieron este jueves en el primer debate de cara a las elecciones presidenciales de noviembre. / Foto: Reuters.

Joe Biden y Donald Trump, aspirantes a la Presidencia de Estados Unidos, se midieron este jueves en el primer debate de cara a las elecciones de noviembre. El evento estuvo plagado de polémicas y acusaciones cruzadas sobre varios temas, entre los que destacaron las políticas de migración del país y la guerra en Gaza.

El actual presidente tuvo una actuación vacilante, mientras su rival republicano lo atacaba con una serie de críticas, entre ellas que, a sus 81 años, es demasiado mayor para cumplir otro mandato de cuatro años.

Ambos candidatos intercambiaron argumentos sobre el aborto, la inmigración, las guerras en Ucrania y Gaza, y su manejo de la economía, mientras cada uno intentaba cambiar lo que las encuestas de opinión muestran como una carrera hasta ahora prácticamente empatada.

El apoyo a Israel, una constante

En el capítulo sobre política exterior, los candidatos se refirieron a la guerra en Gaza. Trump descalificó la estrategia diplomática de la administración demócrata y dijo que el presidente no había ayudado a Israel a “terminar el trabajo” contra Hamás.

También afirmó que Biden se había convertido “en un palestino”, aunque, según él, no es apreciado porque es “un palestino muy malo y débil”.

Por su parte, el demócrata defendió su agenda con Israel e hizo hincapié en su apoyo a la búsqueda de un alto el fuego.

Sin embargo, más allá de participar en las negociaciones entre Israel y Hamás, y de instar en varias ocasiones al gobierno de Benjamín Netanyahu a tomar medidas para proteger a civiles y trabajadores de ayuda humanitaria, Biden ha otorgado su inquebrantable apoyo y ha suministrado armas a Israel desde el comienzo de la ofensiva.

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Además, vetó una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU que otorgaría el estatus de miembro pleno de la organización a un Estado palestino.

Por su parte, durante su mandato en la Casa Blanca, Trump pidió reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y buscó impulsar la normalización de relaciones entre Israel y sus vecinos árabes, dejando de lado la solución de dos Estados. De hecho, el jueves evitó responder a la pregunta sobre si apoyaría la creación de un Estado palestino.

Es decir, el apoyo de Estados Unidos a Israel ha sido una constante tanto en el anterior Gobierno de Trump como en el de Biden. Por lo tanto, más allá de los cruces en el debate, se prevé que la posición del país continúe en la misma línea, independientemente de quién asuma la Presidencia.

Falsas afirmaciones de Trump

Durante el debate, Trump preguntó a Biden "por qué permitió que millones de personas" llegaran al país "desde prisiones, cárceles e instituciones mentales" para "destruirlo".

"Tenemos una frontera que es el lugar más peligroso del mundo", afirmó. "Él la abrió y estos asesinos están entrando a nuestro país y están violando y matando mujeres".

"Estamos viviendo ahora mismo en un nido de ratas (...) cada estado es ahora una frontera y debido a sus políticas ridículas, demenciales y muy estúpidas, la gente está entrando y matando a nuestros ciudadanos a un nivel nunca visto", insistió. Y añadió que la migración ilegal estaba provocando un aumento de la delincuencia.

De acuerdo con un chequeo de datos de la agencia AP, las afirmaciones del republicano sobre este tema son “falsas y engañosas”, ya que no existe ninguna evidencia que respalde que otros países están vaciando sus prisiones e instituciones psiquiátricas para enviar a sus internos a Estados Unidos.

La acusación de Trump respecto al aumento de la delincuencia no es un argumento nuevo: durante más de un siglo, los críticos de la inmigración han tratado de vincular a los recién llegados con la delincuencia.

Aunque es cierto que recientemente se han producido crímenes atroces presuntamente cometidos por personas que se encuentran ilegalmente en el país, las estadísticas del FBI no separan los delitos según el estatus migratorio del agresor, ni hay evidencia de un aumento en los delitos perpetrados por inmigrantes.

Texas es el único estado que rastrea los delitos según el estatus migratorio. Un estudio de 2020 publicado por la Academia Nacional de Ciencias encontró “tasas de arrestos por delitos graves considerablemente más bajas” entre las personas que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos que entre los inmigrantes legales o los nacidos en el país.

Las políticas de inmigración de Biden

Sin embargo, por más extrema que pueda parecer la postura de Donald Trump, tampoco Biden ha sido flexible con sus políticas en este ámbito.

Hace tres semanas, el presidente firmó un decreto que prohíbe a las personas que cruzaron ilegalmente la frontera entre México y Estados Unidos recibir asilo "en ausencia de circunstancias excepcionalmente convincentes".

Además, restringe la entrada de migrantes por la frontera si se ha registrado un promedio de 2.500 o más "encuentros fronterizos" a diario en los últimos siete días. En general, este número es superado diariamente.

Asimismo, un informe publicado este jueves por el Instituto de Políticas Migratorias (MPI), con sede en Washington, afirma que la administración Biden llevó a cabo más expulsiones de migrantes en situación irregular que la anterior.

"Combinando deportaciones con expulsiones y otras acciones para bloquear la entrada de migrantes sin permiso a Estados Unidos, los casi 4,4 millones de repatriaciones del gobierno de Biden ya superan las de cualquier mandato presidencial desde el gobierno de George W. Bush", que alcanzó 5 millones en su segundo mandato, señala el reporte.

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