Los Estados Unidos y su peligroso juego guerracivilista

La división geográfica, cultural e ideológica entre conservadores y progresistas de EE.UU. provocó un peligroso descrédito hacia las instituciones democráticas y el uso de un lenguaje de guerra en el Congreso.

Este año, demócratas y republicanos se juegan la llegada de sus respectivos representantes en la Casa Blanca y también en el Capitolio. / Foto: Getty Images
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Este año, demócratas y republicanos se juegan la llegada de sus respectivos representantes en la Casa Blanca y también en el Capitolio. / Foto: Getty Images

“Necesitamos un divorcio nacional. Tenemos que separarnos por estados rojos y estados azules", decía hace unos meses Marjorie Taylor Green, representante republicana por Georgia en el Capitolio, defendiendo la secesión del Gobierno federal.

Una segregación que tuvo su punto álgido entre 1861 y 1865, durante su Guerra de Secesión.

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El motivo de todo ello fue el cuestionamiento de algunos estados hacia el poder del Gobierno federal, con respecto a la prohibición de la esclavitud.

Con el fin de preservarla, algunos estados sureños decidieron separarse y empezar una confrontación que algunos políticos han reiniciado.

Si bien no hay riesgo inminente de ruptura, sí que hay una parte significativa de la población (dos tercios) que cree que la división del país ha empeorado desde 2021 y que las diferencias irán a más.

Así lo desvelaba una encuesta de YouGov, realizada en agosto de 2022, en la que además dos de cada cinco estadounidenses piensan que una guerra civil es probable en la próxima década.

Una hipótesis que parece hacerse realidad, al menos en los cines, con la película de producción estadounidense “Civil War” (2024), del director Alex Garland, y que apunta a un sombrío escenario de enfrentamiento con fatal desenlace, y escenas inéditas en las calles del país.

Aunque la Guerra de Secesión se produjo por la esclavitud y la reivindicación del poder de los estados, en esta ocasión el lema de su invocación es la lucha por el futuro del país.

Un eslogan inapelable en este año electoral en el que demócratas y republicanos se juegan la llegada de sus respectivos representantes a la Casa Blanca.

Diferencia entre estados

Esta división entre las dos Américas se concentra especialmente en el diferente acercamiento a ciertos temas, ya que los estados con las leyes más restrictivas sobre el aborto, el género y la migración votaron por Trump en 2020.

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Algo que se espera ocurra de nuevo en las elecciones presidenciales de 2024.

Unos territorios de los que forman parte diez de los once estados del sur que, en su momento, buscaron la secesión de la Unión para formar los Estados Confederados de América y que, a excepción de Virginia, son los mismos que dieron la victoria a Trump en las elecciones de 2016, ante Hillary Clinton.

Surgimiento de Trump

La llegada de Donald Trump al panorama político fue un punto de inflexión en un país que siempre ha tenido diferencias entre demócratas y republicanos.

Su lenguaje provocador y cercano a algunos de los sectores de población más descontentos fue vista como una tabla de salvación para estos.

Ya en diciembre de 2015, cuando solo quedaban dos meses para los caucus de Iowa en su primera candidatura a la presidencia (las elecciones donde los votantes eligen a los representantes de cada partido en la carrera electoral), el magnate republicano consiguió liderar los sondeos dentro de su partido.

A lo largo de estos ocho años, Donald Trump ha sido presidente durante un mandato y protagoniza su tercera campaña electoral con las herramientas de siempre: fuerte defensa de la marca MAGA (Make America Great Again), desapego de sus antiguos socios en política exterior, uso populista de temas como la inmigración, las armas o el aborto, y críticas a las élites políticas de las que él mismo se excluye.

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Donald Trump, en un acto de campaña antes de las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos. (GETTY IMAGES)

Su éxito se diluyó durante un tiempo tras perder las elecciones en 2020 y, sobre todo, con su impulso al asalto del Capitolio protagonizado por sus seguidores el 6 de enero de 2021.

Esa fecha, el país perdía la inocencia al mismo tiempo que veía cómo se instalaba el discurso de que los comicios fueron fraudulentos.

Todo ello entre teorías conspirativas de todo tipo fomentadas por partidarios del expresidente y alentadas por gobiernos extranjeros.

Un ejemplo fue la acusación falsa hacia el Gobierno de Joe Biden de desarrollar armas biológicas en Ucrania y la salvación del planeta gracias a Vladimir Putin.

Ciudadanía y política

Este ha sido, durante estos años, el caldo de cultivo perfecto para que los votantes afronten unas próximas elecciones más divididos que nunca.

Sin embargo, y a pesar del clima político, no todos temen por el futuro del país.

"Parece haber una peligrosa división entre gente que cree que nuestro país debe ser un líder mundial y los que opinan que debe replegarse dentro de sus fronteras, volviendo a la América más nacionalista.

Una idea que es alentada por los medios de comunicación, que resaltan esa división”, señala a TRT Español Syd Butler, miembro de la antigua administración del ex presidente Jimmy Carter.

“Tras haber estado cerca de la política estadounidense durante más de 50 años, confío en que la gran mayoría se mantendrá en el centro y rechazará las políticas extremas de cada uno de los partidos”, indica Butler.

“Estoy seguro de que Estados Unidos protegerá la democracia, dentro y fuera de sus fronteras, y seguirá siendo un faro de esperanza para las personas que confían en los valores democráticos", añade.

Reuters

Estadounidenses esperan para votar en Kissimmee, Florida. (REUTERS/Scott A. Miller)

Reacción de Biden

Pero en las filas demócratas hace tiempo que se ha instalado el miedo a una ruptura de la concordia nacional. No se trata de rivalidad y desacuerdo en temas políticos.

La situación de desafecto hacia las autoridades e instituciones políticas entre los republicanos más extremistas va más allá, incluyendo en muchos casos un desafío al poder establecido.

Así lo expresó el pasado mes de marzo Joe Biden, en su discurso sobre el Estado de la Nación, al encontrarse “ante una situación sin precedentes”, según su apreciación.

“Mi propósito (...) es hacer reaccionar al Congreso y alertar al pueblo estadounidense de que estos no son momentos ordinarios. Desde los tiempos del presidente Lincoln y la Guerra Civil, la libertad y la democracia no habían sido atacados en nuestro país como ahora”, urgió Biden en un tono inédito.

El actual presidente terminó insistiendo en abrazar la libertad y la democracia para “no dar al odio un espacio seguro”, subrayó.

“Ahora, algunas otras personas de mi edad ven un relato diferente. Un relato estadounidense de resentimiento, venganza y retribución”, añadió atribuyendo estos términos de confrontación a su rival Donald Trump, a quien se refirió sin mencionar su nombre.


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