Cristianos en Alepo se preparan para una Navidad en paz tras años de guerra
De los 200.000 cristianos que vivían en Alepo en el 2011, hoy quedan solo 30.000. Los nuevos líderes plantean una convivencia pacífica, mientras la comunidad renueva la esperanza antes de Navidad.
Para la congregación católica Hermanos Maristas de Alepo, una de las más de 10 comunidades cristianas en la segunda ciudad de Siria, la pregunta más urgente en este momento es cómo decorar el árbol de Navidad.
Desde que una ofensiva relámpago, encabezada por grupos opositores, derrocó el régimen de Bashar al Assad, los nuevos líderes han buscado tranquilizar a las minorías religiosas de Siria.
Los esfuerzos han tenido éxito, al menos “por ahora”, reconoció el hermano Georges Sabe, quien a principios de semana participó en una reunión entre los opositores y representantes cristianos locales.
Esta fue la segunda reunión desde la toma de Damasco, la capital, el 8 de diciembre pasado.
"Han sido reuniones muy reconfortantes", añadió.
"Ustedes continúen viviendo normalmente. Se acercan las celebraciones de Navidad, y nada cambiará para ustedes", le dijeron. Y él añadió: "Hasta ahora nada ha cambiado".
Los representantes del gobierno de transición con los que se reunió –"tres combatientes y dos políticos"– eran todos de Alepo.
"Uno de ellos estaba terminando su doctorado en ingeniería mecánica antes de la guerra”, recordó Sabe. “Nos contó que había tenido un vecino cristiano".
Así que la comunidad cristiana ha retomado "la vida normal, con misas matinales y vespertinas", mientras adornan los árboles navideños, añadió el hermano.
"Durante 13 años de guerra, aprendí a vivir día a día”, reconoció Sabe. “Ya veremos qué nos depara el futuro".
Cómo es ser cristiano en Siria
En Siria, donde hay varias creencias religiosas, siempre se han celebrado las fiestas de Pascua y Navidad, católicas y ortodoxas, junto con el Año Nuevo.
Durante la guerra civil, la emigración afectó duramente a los cristianos. Según referentes de la comunidad, de los aproximadamente 200.000 cristianos que vivían en Alepo antes de 2022, sólo 30.000 permanecen en la ciudad.
Aún así, los cristianos siguen plenamente integrados y, ante todo, se consideran sirios.
"No queremos irnos, queremos mantener una buena relación con los musulmanes”, insistió Sabe. “Hablamos el mismo idioma".
"No se tocarán los bienes de la Iglesia"
Marina Ayoub llegó a misa como de costumbre. Nunca falta pues, según confiesa, la misa le da "esperanza".
"El obispo nos ha dicho que no está preocupado y que podemos seguir viniendo como siempre, y celebrar nuestras misas y festividades", comentó.
Frente a la iglesia, se encuentra una propiedad que había sido ocupada por el partido gobernante Baaz y que ahora la reclama la comunidad.
Afuera, ondea la bandera del Vaticano. El gobierno de transición ha dicho a los cristianos que la propiedad de la iglesia no se tocará.
Mientras tanto, la asociación benéfica de Hermanos Maristas, prepara un concierto que ofrecerá por 120 niños musulmanes a los que presta ayuda.
"Son pobres y desplazados por la guerra", cuenta Mariam Arab mientras se decide por la mejor forma de decorar este año su árbol de Navidad. "Lo más importante es encontrar una manera de animarlos".