Irán y Bahréin buscan retomar lazos: ¿por qué es importante para la región?

Bahréin e Irán acordaron iniciar conversaciones para reanudar las relaciones diplomáticas que llevan años congeladas, según informó un medio estatal.

Los ministros de Relaciones Exteriores de Bahréin, Abdullatif al Zayani, y su homólogo de Irán, Ali Bagheri Kani, se reunieron en Teherán y destacaron las “históricas relaciones fraternales”. Foto: Bahrein News Agency
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Los ministros de Relaciones Exteriores de Bahréin, Abdullatif al Zayani, y su homólogo de Irán, Ali Bagheri Kani, se reunieron en Teherán y destacaron las “históricas relaciones fraternales”. Foto: Bahrein News Agency

Irán y Bahréin acordaron iniciar conversaciones para reanudar las relaciones políticas entre ambas naciones, en lo que apunta a un nuevo capítulo de distensión entre los países del Golfo aliados de Arabia Saudí con Teherán.

Los ministros de Relaciones Exteriores de Bahréin, Abdullatif al Zayani, y su homólogo de Irán, Ali Bagheri Kani, se reunieron en Teherán el sábado y destacaron las “históricas relaciones fraternales” además de los “lazos religiosos, la vecindad, la historia común y los intereses mutuos”. Hasta el momento, los detalles y los plazos del proceso de normalización de relaciones, aún siguen sin estar claros.

Las relaciones entre Bahréin e Irán se enmarcan en el contexto de la guerra fría entre Riad y Teherán. Bahréin, que es un estrecho aliado de Arabia Saudita, ha alineado sus políticas exteriores con las de la monarquía árabe y por más de ocho años no mantuvo relaciones con Irán debido a un cúmulo de fricciones que alcanzaron su máxima tensión con las protestas que estallaron en Irán en 2016.

Protestas por la ejecución del clérigo al-Nimr

Ese año, manifestantes en Irán atacaron la embajada de Arabia Saudita en Teherán y su consulado en Mashhad, en protesta por la ejecución del clérigo chií Nimr al-Nimr. Tras condenar los ataques a su embajada, Bahréin decidió cortar sus relaciones con Irán.

Nimr al-Nimr fue un conocido clérigo chií de Arabia Saudita, quien se destacó por sus críticas al trato discriminatorio que recibía la minoría chií en el país. Fue una figura central en las protestas chiíes en Arabia Saudita que estallaron en 2011.

En octubre de 2014, al-Nimr fue condenado a muerte bajo cargos que incluían desobediencia, terrorismo y incitación a la violencia sectaria. Su juicio lo criticaron organizaciones de derechos humanos que señalaron las posibles motivaciones políticas detrás de su condena.

La ejecución de Nimr al-Nimr en enero de 2016, provocó fuertes protestas en la provincia oriental de Arabia Saudí y en varias regiones de mayoría chií de la región, además, de una condena enérgica por Irán, donde altos funcionarios advirtieron que Arabia Saudita pagaría un alto precio por su muerte.

La figura de Nimr al-Nimr sigue siendo un símbolo de la lucha por los derechos de los chiíes en Arabia Saudita y ha exacerbado las tensiones entre la República Islámica y la monarquía árabe, dos potencias regionales con una histórica rivalidad sectaria.

Acusaciones de apoyo a la oposición chií de Bahréin

Por otro lado, la tensión entre Bahréin, una monarquía gobernada por una familia sunní, y con una población mayoritariamente chií, ha sido un punto de fricción.

Bahréin ha acusado repetidamente a Irán de interferir en sus asuntos internos y de apoyar a grupos chiíes opositores dentro del país. Estas acusaciones incluyen el supuesto apoyo iraní a grupos que Bahréin considera terroristas.

En los últimos años, el punto más bajo de las relaciones probablemente se produjo durante 2011, cuando estallaron protestas en Bahréin y algunos activistas de la oposición chiíta en el país pidieron apoyo al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei.

Alex Vatanka, director del Programa de Irán en el Middle East Institute, explicó en un artículo que en muchas ocasiones Jamenei ha considerado al pueblo de Bahréin junto con los palestinos y yemeníes como musulmanes oprimidos que merecen el apoyo y la intervención de Irán. Ese tipo de postura es exactamente lo que Manama siempre ha considerado la causa central de sus tensiones con el régimen iraní.

Es importante destacar que Bahréin es un socio fundamental de Estados Unidos en la región, con quien estableció relaciones diplomáticas desde 1971 y al cual Washington considera como un importante aliado no perteneciente a la OTAN.

El pequeño país del Golfo alberga la Quinta Flota de la Armada de EE.UU. y participa activamente en coaliciones militares lideradas por ese país. Esta posición pone a Bahréin como aliado del principal adversario de Irán, lo que ha contribuido a distanciar sus relaciones con Teherán.

Además, en 2020, fue uno de los países que firmaron los “Acuerdos de Abraham” de normalización de relaciones con Israel impulsados por Donald Trump junto con Marruecos y Emiratos Árabes.

Nuevas perspectivas en sus relaciones

El anuncio de la descongelación de las relaciones entre ambos países se enmarca en la normalización de vínculos entre Irán y los países árabes que rompieron sus relaciones con Teherán después de que Arabia Saudí hiciera lo propio en enero de 2016.

Emiratos Árabes Unidos, que también había suspendido relaciones, envió de vuelta a su embajador a Irán en septiembre de 2022. Por su parte, Arabia Saudí retomó relaciones con Irán tras una reunión en Beijing en marzo de 2023.

La mejora de las relaciones entre los países del Golfo y de Irán podría promover una mayor cooperación en diversos ámbitos, mitigando así los impactos adversos de las sanciones occidentales sobre Irán. Además, podría facilitar la búsqueda de soluciones pacíficas para conflictos regionales en los que estos bloques se encuentran en bandos opuestos, como en las guerras de Siria o Yemen.

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