La caída de Assad en Siria y por qué el Baazismo terminó fracasando
Creado para establecer un mundo árabe unido, el movimiento pronto condujo a regímenes brutales. Desde entonces, tanto Saddam Hussein en Iraq, como Bashar Al-Assad en Siria, fueron cuesta abajo.
La caída del régimen de Assad en Siria marca potencialmente el fin del movimiento político y militar nacionalista panárabe representado por el Partido Baaz. Y anuncia, en una coyuntura crucial de la historia, una nueva era para Oriente Medio.
Los expertos y analistas afirman que la ideología del Partido Baaz era “poco práctica” y sus regímenes autoritarios estaban destinados, desde el comienzo, al fracaso.
“Muchos dirán que el Baazismo estaba muerto desde el principio, pues era una ideología poco práctica construida sobre una premisa falsa”, dice Mostafa Minawi, profesor de historia especializado en Oriente Medio en la Universidad de Cornell y miembro del Centro Nacional de Humanidades.
Las raíces del Partido Baaz se remontan a fines de la década de 1940, cuando el movimiento nacionalista árabe surgió bajo el liderazgo de Michel Aflaq, un sirio cristiano, Salah al-Din al-Bitar, un árabe sunita de Damasco, y Zaki al-Arsuzi, un alauita de Latakia.
Si bien en los años 1950 y 1960, el Partido Baaz –que mezclaba ideas socialistas con nacionalismo árabe y una versión radical del secularismo– prometía la Ilustración árabe en Oriente Medio, rápidamente se convirtió en un aparato represivo en manos de líderes autocráticos como Hafez Al-Assad en Siria y Saddam Hussein en Iraq, que gobernaron sus naciones con puño de hierro.
En febrero y marzo respectivamente de 1963, el Partido Baaz tomó el poder en Iraq y Siria mediante golpes militares, y se mantuvo durante décadas gracias a un gobierno autocrático de partido único.
Represión de los disidentes
En Iraq y Siria, el Partido Baaz se manifestó “en regímenes autoritarios que utilizaron el manto de la unidad árabe para reprimir” a disidentes de diferentes orígenes étnicos y sectarios, explica el profesor de historia Minawi, cuyo reciente libro sobre el gobierno otomano en Oriente Medio fue co-ganador en 2023 del Premio Albert Hourani de la Asociación de Estudios de Oriente Medio.
Pero, a pesar de imaginar un estado panárabe en todo Oriente Medio, el liderazgo del partido en Siria e Iraq nunca pudo, a lo largo de décadas, llegar a un acuerdo real para unir a sus estados en el poder.
Tras la ocupación estadounidense de 2003, el partido Baaz liderado por Saddam Hussein fue aniquilado en Iraq, mientras que el Baazismo sirio se hundió recientemente con la eliminación del poder de Bashar al Assad, hijo de Hafez al Assad y figura principal del partido.
“La caída del Baazismo marca un punto de inflexión importante para Siria y la región en general”, advierte Sean Foley, profesor de historia especializado en Medio Oriente y mundo islámico, en la Universidad Estatal de Middle Tennessee.
“El Baazismo ha sido parte de la historia y del sistema político de la región durante décadas, incluso antes de que tomara el poder en Iraq y luego en Siria”, agrega Foley a TRT World.
“Era una parte tan establecida del panorama, que en una clase de literatura que tomé en Damasco en 2003, un profesor dijo que estaba convencido de que el partido Baazista permanecería en el poder en Siria para siempre”.
Los regímenes del Partido Baaz en Siria e Iraq se convirtieron en estados policía, a los que Samer al-Khalil llamó famosamente “La República del Miedo”, un best seller para describir, según sugiere Foley, las políticas brutales y opresivas de Saddam Hussein. Al-Khalil, cuyo verdadero nombre es Kanan Makiya, es un académico iraquí-estadounidense criticado por apoyar la invasión estadounidense de Iraq.
Pero con la eliminación del último régimen Baaz en Siria, ahora la región tiene, según Foley, “una oportunidad de construir algo nuevo y mejor”.
“Como me dijo un sirio que vive en el país: el día que cayó Asad, los sirios estaban convencidos de que el futuro sería mejor. Nada podía ser peor que la vida que llevaban bajo el régimen de Assad. Eso lo dice todo”.
Ascenso y caída
Los defensores del partido Baaz, que significa renacimiento en árabe, surgieron en Oriente Medio justo después de que las potencias colonialistas occidentales pusieran fin a sus mandatos formales tras la Primera Guerra Mundial en Iraq, Siria y otros estados. Un escenario que dejó a la región con profundas divisiones y 22 estados árabes.
Minawi dice que la ideología Baazista surgió como contrapeso a la hegemonía occidental en Oriente Medio, después del colapso del Imperio Otomano al final de la Primera Guerra Mundial.
“El Baazismo fue una idea que surgió como producto de un momento histórico específico en el que se pensó en un imaginario de ‘renacimiento árabe’ como una ideología unificadora contraria a las ideologías impuestas por el colonialismo occidental post-otomano”, añade Minawi.
Aunque los activistas del Partido Baaz ayudaron a formar un Estado Árabe Unido entre Siria y Egipto en 1958, fue una experiencia política de corta duración, principalmente porque se consideraba que el Egipto de Gamal Abdel Nasser trataba a Damasco como un estado vasallo.
La idea de la unidad árabe chocó contra otro muro cuando en 1967, durante la Guerra de los Seis días, Israel derrotó a cuatro estados regionales.
“Ya en 1967, estaba claro que esta visión no podía cumplir con estas promesas, especialmente en lo que respecta a los palestinos”, reconoce Foley, refiriéndose a las promesas del Baazismo de poner fin a la negligencia burocrática, las divisiones de clase y religiosas, la pobreza, el colonialismo occidental y los deficientes sistemas educativos.
Al no haber logrado unir a los diferentes estados árabes bajo un solo liderazgo y volverse cada vez más irrelevantes políticamente en el Oriente Medio, los partidos Baazistas de Iraq y Siria se convirtieron en regímenes represivos, perdiendo en sus territorios credibilidad y legitimidad.
“El partido Baazista sobrevivió durante décadas en Iraq y, finalmente, sólo en Siria”, añade Foley. “Era una reliquia del pasado”.
¿Qué reemplazará al Baazismo?
Mientras surge en Siria un nuevo gobierno de transición bajo el liderazgo de Mohammed al Bashir, la transición política ha sido, hasta ahora, en gran medida pacífica, a diferencia de la purga estadounidense del Partido Baazista en Iraq tras la ocupación de 2003.
“Uno esperaría que, tras más de 50 años de oscuridad y opresión violenta inimaginable en Siria, lo reemplace la libre voluntad del pueblo sirio”, dice Minawi.
Pero agrega que “las probabilidades están en contra de una Siria genuinamente libre y próspera”, que necesita la reconciliación de un pasado violento mediante la construcción de un futuro unificado e inclusivo.
Por otro lado, resta conocer cómo Rusia y EE.UU., dos poderosos estados no regionales, que han competido durante mucho tiempo por el poder en Siria y controlan diferentes segmentos del país a través de sus representantes, reaccionarán a los esfuerzos declarados del nuevo gobierno para formar un estado inclusivo.
Por último, la continua destrucción israelí del ejército sirio y la invasión del territorio sirio con total complicidad occidental, muestran que el Gobierno de Netanyahu busca más inestabilidad en un estado desgarrado por la guerra.
Zahide Tuba Kor, experta en Oriente Medio con base en Estambul, también prevé más riesgos en el horizonte de Siria debido a su violento pasado. Sin embargo, cree que el colapso del régimen de Assad reúne circunstancias diferentes a las del derrocamiento de Saddam Hussein por parte de Estados Unidos.
Mientras que la lucha entre miembros del ex Baaz y Estados Unidos convirtió a Iraq en un estado caótico, compara Kor a TRT World, Siria ha tomado un rumbo diferente.
La experta en Oriente Medio cree que los refugiados sirios que han vivido en el extranjero y tienen una experiencia diferente a aquellos que sobrevivieron al régimen del Baaz, desempeñarán un papel crucial en la formación del gobierno democrático.
Sin embargo, Kor subraya que el pueblo sirio tiene por delante un camino difícil para librarse del brutal legado de décadas del Partido Baaz y formar un nuevo Estado.
“El Baaz era un estado de inteligencia y un imperio del miedo que fue desmantelado, pero existe el riesgo de que el nuevo gobierno siga el camino del antiguo régimen debido a un largo legado de represión”, advierte Kor.
El régimen unipartidista del Baaz creó un estado en el que no podía presentarse ningún partido de oposición real, afirma Kor, algo que dejó al país sin ninguna experiencia política real.
“Eso también podría crear problemas en el período posterior al régimen de Asad en términos de creación de consenso”, prevé, aunque reconoce que la guerra civil de 13 años ha ayudado a la oposición a acumular mucha experiencia política, un escenario que podría ser un activo para el futuro del país.
“Si la oposición siria hubiera llegado al poder en 2011 durante la Primavera Árabe, habría fracasado porque no tenía experiencia política real ni capacidad organizativa”, afirma Kor.
“Después de 13 años, han aprendido mucho. Por eso, sus posibilidades de éxito son mayores que en 2011. Tienen una oportunidad real de construir un nuevo Estado”.