Pezeshkian, la apuesta de Jamenei para nuevo comienzo de Irán ante el mundo

El nombramiento del nuevo presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, puede formar parte de una nueva estrategia que busca aumentar la participación política nacional y sacar a Irán de su aislamiento a nivel global.

A la izquierda, el recién elegido presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, se sienta junto a Hassan Jomeini, nieto del fundador de la república, el Ruhollah Khomeini, el 6 de julio de 2024. / Foto: AFP
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A la izquierda, el recién elegido presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, se sienta junto a Hassan Jomeini, nieto del fundador de la república, el Ruhollah Khomeini, el 6 de julio de 2024. / Foto: AFP

El líder supremo de Irán, Ali Jamenei, dio su respaldo oficial al presidente electo Masoud Pezeshkian este domingo. Se espera que este miércoles 30 de julio, el nuevo funcionario sea oficialmente nombrado en el Parlamento.

Resulta poco sorprendente que Pezeshkian, de 69 años y quien es cirujano, haya ganado las elecciones presidenciales en Irán. Contrariamente a la mayoría de los análisis, su triunfo no indica el regreso de una era reformista.

Más bien, su elección forma parte de una nueva estrategia del líder supremo de Irán, Jamenei, que busca mejorar la imagen del país, sacarlo del aislamiento internacional y fomentar una mayor participación en la política nacional.

El cambio está por venir

Pezeshkian no se pudo presentar como candidato a las anteriores elecciones de 2021 por decisión del Consejo de Guardianes, un organismo formado por 12 clérigos y juristas que ostentan un poder significativo en Irán.

El consejo evalúa las credenciales religiosas y revolucionarias de los candidatos y les ha vetado la participación en elecciones recientes a muchas figuras destacadas, tanto reformistas como moderadas.

El hecho de que Pezeshkian haya tenido la aprobación del consejo durante esta nueva ronda de elecciones es el primer indicio de cambio encabezado por el líder supremo Jamenei.

La medida de hecho formó parte parte de una estrategia de tres frentes para atraer a los votantes de nuevo a las urnas; restaurar la dañada legitimidad del régimen, especialmente entre los jóvenes y las minorías, y dar una apariencia de moderación que ayude a Irán a regresar a un "compromiso constructivo" con Occidente, que en últimas permita poner fin a las duras sanciones económicas y bancarias.

Si no fuera así, el líder supremo no habría exigido el pleno apoyo del Parlamento para el nuevo presidente en su primer discurso después de las elecciones.

"Quiero subrayar que deseo la cooperación plena del Parlamento con el presidente electo", afirmó Jamenei. "Si él tiene éxito en mejorar la economía, la política internacional y la política cultural, su éxito será el de todos nosotros" añadió.

Los expertos pronosticaron la participación más baja de la historia de las elecciones. Y, a pesar de todos los esfuerzos por reavivar el entusiasmo, el 60% de la población iraní no participó en la primera vuelta.

No obstante, la estrategia de utilizar un candidato reformista dio resultado: en la segunda vuelta, la participación del 50% fue suficiente para que fuera declarada oficial.

La baja participación planteó un gran motivo de preocupación para Irán, que ha obtenido su legitimidad debido al poder para reunir multitudes cuando es necesario.

De la misma manera, Pezeshkian no es realmente un líder reformista ya que su estrecha cooperación con el exministro de Relaciones Exteriores centrista Jawad Zarif, quien reapareció de repente en la escena política, muestra señales de la dirección política que seguirá el país en los próximos años.

Es cierto que Pezeshkian formó parte de dos gabinetes reformistas entre 1997 y 2005. Sin embargo, en los últimos 20 años, como miembro de un parlamento de línea dura, se ha desplazado hacia la derecha. Su estrecha relación con el exministro Zarif, al que llama su “gurú” y le besa las manos en público, es testimonio de este cambio de actitud.

AP

Masoud Pezeshkian saluda a sus seguidores mientras hace campaña en Teherán, Irán, el domingo 23 de junio de 2024. (AP/Vahid Salemi)

Zarif, con una vasta experiencia en negociaciones con Occidente, ha sido elegido para dirigir el Comité de Política Interior y Exterior, el cual se encarga de proponer a los ministros más adecuados para esos puestos. Esta tarea, así como el proceso de aprobación de todos los miembros del gabinete, prometen ser arduos.

Relaciones globales

En un artículo reciente titulado "Mi mensaje al nuevo mundo", Pezeshkian dijo que planea seguir una política exterior "basada en las oportunidades" y crear "equilibrio en las relaciones con todos los países".

Si bien dejó claro que los aliados más cercanos de Irán son China y Rusia, destacó que "el compromiso constructivo con el mundo" era parte de su programa electoral.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, ya está aprovechando la oportunidad para cambiar el tono y resolver la cuestión nuclear "a través de la diplomacia". El resultado de las elecciones estadounidenses de noviembre será interesante de observar. Sin embargo, Irán podría trabajar con cualquiera de los dos candidatos.

Sin duda, el expresidente Donald Trump será más difícil de abordar, ya que en 2018 optó por salirse del acuerdo nuclear (JCPOA) de forma ilegal y unilateral y alardeó del asesinato del principal comandante de la Fuerza Quds de Irán, Qassem Soleimani, en 2020.

En cualquier caso, las bases ya están sentadas. El difunto ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein Amir-Abdolahian, ya había empezado conversaciones secretas con los estadounidenses gracias a la mediación de Omán y Qatar. Por su parte, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, en una conversación con Pezeshkian, también se ha ofrecido a mediar en la reactivación del JCPOA.

En cuanto a Europa, Pezeshkian también deja la puerta abierta: "Espero entablar un diálogo constructivo con los países europeos para encaminar nuestras relaciones de buena manera". Es probable que encuentre soluciones a través de países como Irlanda y España, quienes se han comprometido a favor de un Estado palestino.

¿Una fuerza unificadora?

Las protestas que han sacudido a Irán en los últimos dos años comenzaron cuando una joven kurda, Mahsa Amini, fue asesinada mientras se encontraba bajo custodia policial. Esto llevó a la comunidad kurda, mayoritariamente sunita, a un enfrentamiento directo con el gobierno central y el líder supremo.

En esa misma línea, los orígenes turcos de Pezeshkian pueden contribuir a aliviar las tensiones que se están gestando con la República de Azerbaiyán, a la que Irán ha acusado de incitar sentimientos separatistas en la provincia iraní de Azerbaiyán.

El difunto presidente Ebrahim Raissi murió en un accidente de helicóptero justo cuando se dirigía a la zona fronteriza para firmar un acuerdo de amistad y cooperación con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, con el objetivo de poner fin a la tensión.

TRT World

Organigrama de cómo funciona el sistema político en Irán

¿Por qué el nuevo enfoque?

Hay tres razones principales para la nueva estrategia de Jamenei.

En primer lugar, la cúpula gobernante está cada vez más preocupada por la falta de participación política y la baja concurrencia a las elecciones. Esta obtiene justamente su legitimidad movilizando a las multitudes.

"Deben hacer todos los esfuerzos posibles para aumentar la participación electoral, ya sea en entornos universitarios, laborales, familiares y otros lugares similares", dijo Jamenei en un discurso reciente.

En segundo lugar, el impacto de las sanciones ha afectado cada vez más el poder adquisitivo de la gente, y las altas tasas de cambio han generado frustración y enfado.

Esto es especialmente cierto entre los iraníes jóvenes, modernos y educados, que al mismo tiempo han desafiado al régimen y al líder supremo por su estricto código de vestimenta, quienes a pesar de las duras medidas represivas, no cesaron las manifestaciones.

En tercer lugar, solo en la última década, Irán ha perdido a muchos de sus altos dirigentes políticos, clericales y militares. Por nombrar algunos, el asesinato de Soleimani en 2020 a manos de Estados Unidos fue el que tuvo mayor impacto.

Pero a esto le siguió el ataque contra el principal científico nuclear de Irán, Mohsen Fakhrizadeh, y más recientemente, durante la ofensiva israelí en Gaza varios altos comandantes del CGRI fueron asesinados en Siria y Jordania. Además, el difunto ministro de Relaciones Exteriores, Amir-Abdolahian, falleció en el accidente de helicóptero junto con el presidente Ebrahim Raissi.

Estos líderes habían logrado avances en el restablecimiento de las relaciones con los estados árabes, especialmente con Arabia Saudita, con la ayuda de China.

En consecuencia, la política gobernante tradicional ha recibido demasiados golpes, además de varios ataques de sabotaje en las fronteras norte, sur y este de Irán. La presidencia de Pezeshkian, bajo la apariencia de una reforma, ofrece el mecanismo necesario para salvar las apariencias y hacer ajustes cuando sea necesario.

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