La diseñadora turca que se convirtió en un referente de la moda sostenible
Roksan Sarfati trabajaba en un local de ropa en Türkiye y veía con preocupación la cantidad de telas que se desechaban. Así nació su marca Mah-Roc, que recicla desechos y crea piezas únicas de diseño.
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"Vi cuánta tela se tiraba a la basura, y durante uno de mis viajes a Ordu, Türkiye, descubrí una tienda donde se desperdiciaban 600 kilogramos de tela cada mes. Me di cuenta de que hacía falta un sistema más justo y equitativo", dice la diseñadora Roksan Sarfati. Foto: Roksan Sarfati
La historia de la joven turca Roksan Sarfati comenzó en 2013 cuando se graduó en diseño de moda en Italia. Después de completar sus estudios, regresó a Türkiye y empezó a trabajar para marcas locales, incluyendo las conocidas "Koton" y "Mavi". Luego fue gerente de Ventas en "Oga". Estos empleos le permitieron ganar una experiencia valiosa en la industria de la moda y los tejidos, lo que la hizo cada vez más consciente del significativo desperdicio de telas.
"Vi cuánta tela se tiraba a la basura, y durante uno de mis viajes a Ordu, Türkiye, descubrí una tienda donde se desperdiciaban 600 kilogramos de tela cada mes. Me di cuenta de que hacía falta un sistema más justo y equitativo", explica a TRT Español. Este descubrimiento fue un punto de inflexión en su carrera. La enorme cantidad de desperdicio la llevó a transformar esos tejidos en unas bolsas tejidas a mano que son únicas. Así nació su marca Mah-Roc. Con el apoyo de sus padres, Roksan lanzó la empresa, que lleva el mensaje de revivir los tejidos desechados y transformarlos en nuevas y valiosas creaciones.
Creatividad sin desperdiciar
En su pequeño taller de Estambul, Roksan practica el concepto de "cero residuos". El proceso comienza con la recolección de los tejidos que desechan los proveedores, y luego una limpieza cuidadosa y la clasificación de los maeriales. A continuación, se diseñan paletas de colores para complementar cada nueva colección de productos.
"No desperdiciamos ningún trozo de tela, por pequeño que sea", afirma. "Una vez recogimos unos 600 kilos de telas de la ciudad de Ordu, pero la mitad de las bolsas estaban rotas y la humedad las había afectado. Tuvimos que limpiar y clasificar cada pieza a mano", completa.
“Slow fashion”: elegancia atemporal
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Para Roksan, sus bolsos no son sólo productos: son piezas que llevan un alma y una historia. Foto: Roksan Sarfati
Frente a la rapidez de la industria, Roxan defiende la filosofía de la "moda lenta" (“slow fashion”), en inglés, que ofrece una alternativa sostenible y responsable.
"En lugar de producir grandes cantidades que se desperdician rápidamente, preferimos crear piezas meticulosamente elaboradas que duren años y conserven su belleza con el paso del tiempo", afirma.
Para Roksan, sus bolsos no son sólo productos: son piezas que llevan un alma y una historia. Cada bolso se elabora con esmero y cuenta la historia de los tejidos que se han recuperado. "Nuestro objetivo es producir artículos que fomenten un uso duradero y sostenible, alejándonos de los constantes patrones de compra que dañan el medio ambiente", añade Roksan.
Legado del mar Negro e inspiración cultural
Para sus diseños, Roksan se inspiró en el rico patrimonio cultural del mar Negro, donde los tejidos tradicionales y los motivos decorativos son parte integral de la identidad de la zona.
"Muchos de nuestros diseños se basan en antiguos patrones textiles utilizados antaño en Türkiye. Estos detalles dan a cada bolso una dimensión cultural que lo distingue", afirma.
Estas influencias son evidentes en los motivos geométricos y los colores vivos que se inspiran en el impresionante entorno natural de la región. Detalles así refuerzan la conexión de los productos cd Mah-Roc con el patrimonio cultural, convirtiéndolos en algo más que simples artículos comerciales. Justamente, reviven la artesanía tradicional, preservándola de su extinción.
Capacitar y sensibilizar a la comunidad
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Roksan Sarfati también capacita a mujeres en el reciclado de telas y las ayuda a crear productos artísticos.
Además de diseñar bolsos sostenibles, Roksan Sarfati capacita a mujeres en el reciclado de telas y las ayuda con ello a crear productos artísticos.
A la par, Mah-Roc participa en eventos medioambientales y colabora con instituciones educativas y ONG para generar conciencia entre los jóvenes sobre la importancia del reciclaje. "La concienciación empieza por la educación. Debemos enseñar a la próxima generación a respetar el medio ambiente y protegerlo mediante la reutilización y la creatividad sostenible", afirma.
Roksan también organiza talleres educativos sobre diseño sostenible en escuelas y universidades, animando a los estudiantes a innovar en proyectos que promuevan el concepto de economía circular.
Retos económicos y medioambientales
"Reciclar tejidos no es una tarea fácil. Requiere de una investigación exhaustiva y de esfuerzo para encontrar proveedores adecuados y materiales reutilizables", afirma.
Los procesos de reciclaje también exigen invertir en equipos especializados y mano de obra cualificada, lo que plantea retos en un entorno creativo pero de presupuesto limitado.
"El reciclaje no sólo protege el medio ambiente, sino que reintegra los materiales desechados en la economía, creando importantes beneficios y nuevas oportunidades de empleo en el sector de la fabricación sostenible", afirma. Expansión hacia el futuro
Hoy en día, Mah-Roc ha crecido hasta producir piezas únicas que se venden ampliamente a través de plataformas de medios sociales y en eventos medioambientales. Con la creciente demanda de productos sostenibles, Roxan planea ampliar su proyecto a nuevos mercados de Europa y Oriente Medio.
"Empezamos con un equipo pequeño y herramientas sencillas, y hoy contribuimos a cambiar el concepto de sostenibilidad en el mundo de la moda", explica.
Para Roksan, la sostenibilidad no es una tendencia pasajera en el mundo de la moda, sino un compromiso de por vida para cuidar el medio ambiente y preservar la artesanía tradicional, parte integrante de la identidad cultural.
"Cada trozo de tejido desechado es una nueva oportunidad para contar una historia diferente”, concluye. “No solo hacemos bolsas; revivimos un legado y protegemos nuestro planeta para los jóvenes que vienen después de nosotros".