El debate sobre la protección del lobo en Europa: estas son las claves
El anuncio de la Unión Europea de una posible modificación del estatus del lobo por los daños a la ganadería y la agricultura reabre el debate sin que las posturas hayan cambiado.
En septiembre de 2022, un pony llamado Dolly murió al ser atacado por un lobo macho en el noreste de Alemania. Su propietaria era Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
La pérdida de esteanimal que había acompañado a su familia durante 30 años llevó a que la dirigente europea se movilizase para que el estatus de protección del lobo sea revisado en Bruselas, al argumentar que su conservación no peligra como antaño por su elevada reproducción, y que, como apuntó Von der Leyen “son incluso un peligro para la seguridad de las personas”.
En la actualidad, el lobo es una especie estrictamente protegida por la Directiva de Hábitats (1992) que prohíbe su captura o muerte deliberada, lo que ha provocado que manadas de lobos hayan regresado a regiones de la UE donde estuvieron ausentes durante décadas.
El eterno enfrentamiento entre agricultores y ganaderos de las comunidades locales frente a los ecologistas y científicos se reaviva con el planteamiento privado realizado por Van der Leyen.
“En cuanto a las formas, lo que ha planteado la Comisión Europea es una especie de consulta, sin validez jurídica, para sondear opiniones. Es una tomadura de pelo que solo puede explicarse por los intentos de abrazar postulados de la derecha agrotrumpista”, apunta a TRT Español Ignacio Martínez, presidente de la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo (ASCEL).
“Nadie en su sano juicio puede pensar que la legislación europea se realiza a salto de mata, de consultas por email y sin fundamentos científicos ni legales”, añade y menciona “una enajenación mental de carácter electoralista de Van der Leyen porque pronto habrá elecciones europeas”.
Hay un eterno enfrentamiento entre agricultores y ganaderos de las comunidades locales frente a los ecologistas y científicos por cuenta de la protección a los lobos. Foto: Soeren Stache/picture Alliance vía Getty Images
En cambio, desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) se muestran esperanzados de que la acción de la presidenta de la Comisión Europea pueda progresar.
“Los ganaderos llevan más de una década pidiendo una solución en las zonas de expansión del lobo ibérico porque es una especie que trae grandes problemas a la ganadería que trata de convivir con el lobo, pero se enfrenta a grandes dificultades”, destacana.
“Es una buena noticia que desde la CE tomen conciencia de este problema y traten de ponerle solución”, declaró a TRT Español Diego Juste Conesa, jefe de gabinete de Prensa de la UPA, quien considera injusto que las comunidades autónomas que no tienen en sus territorios opinen y tengan el mismo peso en la modificación de la norma que las que “tienen el problema”.
Una especie necesaria
La importancia del lobo en nuestra biodiversidad está demostrada. Es una especie clave para los ecosistemas europeos, tanto para los bosques (los árboles jóvenes no pueden crecer cuando los animales de caza como los ciervos les acechan) como para el equilibrio natural al cazar a los animales enfermos (jabalíes y corzos) y fomentar las especies de herbívoros más fuertes.
“Esta especie es un depredador de la cúspide de la cadena trófica y como tal es un regulador de los ecosistemas, una de esas raras especies, conocida como depredador apical. Cuando el lobo desaparece o es eliminado, el ecosistema se desequilibra. Hay muy pocos depredadores apicales en Europa, en especies y en abundancia”, añaden desde ASCEL.
Su ausencia, señala la misma fuente, significa poner en peligro “la reducción de las colisiones entre la fauna y los vehículos” ya que sólo en 2018 “el consumo de corzos y jabalíes por lobos ahorró entre 2,4 y 7,8 millones de euros al evitar víctimas mortales humanas y daños materiales en colisiones en carretera”.
Y advierten de que “Europa no puede permitirse tener poblaciones de lobos tan pequeñas y fragmentadas, la mayoría de las cuales en un estado de conservación desfavorable e inadecuado, además de sometidas a una elevada persecución humana ilegal”.
Lobo euroasiático corre en un bosque. Foto: Arterra/Universal Images Group vía Getty Images)
¿Hacia la convivencia?
“Para mí no sobra nadie. Quiero que estemos todos y que convivamos. Hay que debatir. Ver a los ganaderos orgullosos de tener a los lobos en estas tierras sería alucinante. Pero no lo pueden hacer solos. Es un trabajo en el que, desde fuera, nos tienen que ayudar”, explica Fernando Rodríguez, pastor, en el documental En tierra de todos, que Ofelia de Pablo y Javier Zurita realizaron para la ONG WWF en 2020.
“Nosotros pretendemos que exista una convivencia entre la ganadería extensiva y el lobo ibérico, no queremos en ningún caso que se produzca un exterminio de ninguna especie animal”.
“Sabemos que desarrollamos nuestro trabajo en la naturaleza con la presencia de todo tipo de animales, pero debe haber una regulación de las especies para que la presión no recaiga solo en un lado”.
“En las ciudades de Cataluña o Galicia, con plagas de jabalíes en zonas urbanas que causan destrozos, se autoriza de forma extraordinaria la caza de jabalíes, incluso con arco y flecha para no causar problemas a la población”, añade Juste Conesa, de la UPA.
El famoso naturalista español Félix Rodríguez de la Fuente fue uno de los mayores defensores del lobo y él también demostró que “son vitales para el ecosistema”. Existe una base científica basada en la etología, el comportamiento de la especie, para lograr la convivencia entre el lobo y el ganado.
Mientras que en 2023, las denuncias de ataques a ganado dirigidos por mastines fue del 23%, los que carecían de esta protección resultaron un 62%. “Prefiero gastarme varios miles de euros y perder dinero en perros que alimentar a los lobos, que se rían de mí”, concluye Rodríguez.
Los cálculos oficiales apuntan a la existencia de 12.000 lobos (entre 2.000 y 3.000 en España, donde hay censadas 297 manadas). En provincias como Castilla y León, donde se concentra un elevado número de lobos, la media de ataques al día es de catorce (en 2022 aumentó un 19% siendo abatidas 15.086 reses).
La indemnización de 280 euros por ternera y 150 euros por burro es para las asociaciones de agricultores y ganaderos una cantidad insuficiente al compararla con la inversión económica en seguros y gastos de crianza.
Desde la UPA, que en 2017 presentó un documental para exponer la postura de los ganaderos que tituló ¿Convivencia? Ganaderos y lobos, también se apunta que “la descoordinación entre las comunidades autónomas y el Gobierno central –que otorga las ayudas para alimentar a los mastines, poner a pastores eléctricos o mejorar los vallados– no están llegando”.
Los colectivos ecologistas señalan que, a principios de 2023, el Consejo la Unión Europea y la mayoría del los países de Europa, ratificaron y consolidaron la protección europea de los lobos en el Convenio Internacional de Berna, siguiendo las indicaciones de los especialistas que destacan las amenazas que persisten contra los lobos en la actualidad.
De hecho, en la mayoría de poblaciones transfronterizas de lobo de la UE no han alcanzado un número que indique que su estado de conservación es favorable. “No hay que condenarles antes de poder salvarles”, concluyen.
“En pleno siglo XXI, es hora de que los europeos saquen a relucir un modelo de biodiversidad real y efectivo, no un modelo a la carta donde se fomente que ciertas especies salvajes cómodas y simpáticas hay que tolerarlas y otras, como los lobos, no”.
“¿Qué biodiversidad es esa? ¿Qué ejemplo y moralidad es esa a nivel internacional, de cara a otros continentes como el africano (con los leones) o la India (con los tigres)?”, se preguntan en ASCEL.