¿Qué peso tiene la política exterior de EE.UU. en el voto de las minorías?

Dos afroestadounidenses y una latina, cuyas voces representan las minorías en EE.UU., comparten sus preocupaciones sobre las elecciones. También su descontento con el manejo de la política exterior.

Ciudadanos de EE.UU. votando en elecciones. Foto: Getty Images. 
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Ciudadanos de EE.UU. votando en elecciones. Foto: Getty Images. 

Las elecciones presidenciales de Estados Unidos este noviembre serán unas de las más reñidas en los últimos tiempos, según los expertos. Y, tal vez, el factor decisivo en la votación recaiga sobre las minorías del país. Por ello, en TRT Español recopilamos tres historias de vida bien distintas: dos afroestadounidenses y una latina, todos ellos con nacionalidad de EE.UU. Un abanico de opiniones que ayudan a entender qué les preocupa, cuáles son sus prioridades, el peso de la política exterior en su intención de voto, y qué tienen en mente hoy en día los inmigrantes que en apenas unas semanas irán a las urnas.

El chofer que llegó de Etiopía: una elección difícil

Debebe Sesu es conductor de metro en Virginia y ciudadano estadounidense desde hace más de cuatro siglos. “Llegué desde Etiopía a este país hace 44 años. Me casé con una ciudadana de aquí, tuvimos cinco hijos y obtuve mi derecho al voto desde hace tiempo”. Para estos comicios, a Sesu le preocupa el rumbo de la política exterior de su país: “Estados Unidos, como potencia mundial, debe contribuir a garantizar la seguridad internacional”, dice a TRT Español. Sin embargo, cree que, en ese sentido, ese rol no se cumple de la forma apropiada.

“Este año será más difícil tomar una decisión electoral porque el gobierno dedica mucho dinero a apoyar a Israel y la guerra que ha emprendido contra Palestina. Están muriendo muchos civiles y eso se está pagando con nuestros impuestos”, señala.

A sus 61 años, Debebe no es el único que se manifiesta en este sentido. Una encuesta del Instituto de Política de Harvard el mes pasado revela que más de la mitad de los jóvenes estadounidenses (de 18 a 29 años) apoyan un alto el fuego en Gaza, al que solo se oponen el 10%.

Una joven afroestadounidense, estudiante de derecho penal, preocupada por el mercado laboral

Ceraya Simon, afroestadounidense de 21 años y estudiante de derecho penal, es aún más categórica. “La política exterior será muy importante para mí a la hora de votar, especialmente considerando la injusticia que enfrentan los palestinos a manos de Israel y Estados Unidos. No veo la necesidad de que nuestro país le continúe ofreciendo ayuda a Israel.”

Ceraya vive en el estado de Maryland. Y cree que el próximo gobierno debe poner foco en las nuevas generaciones. “Es necesario que inviertan en el mercado laboral de los jóvenes profesionales y en la seguridad de la que parecen carecer las escuelas en Estados Unidos. Además, espero que el sistema de atención médica sea más progresista en un futuro cercano”.

Las inquietudes de Ceraya son un reflejo de la sociedad donde vive: una encuesta del Pew Research Institute señala que lo que más preocupa a los votantes es la economía (81% de los consultados), el 65% prioriza el sistema sanitario, y un 61% asegura que hay que poner atención en la ola de la violencia y los delitos.

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Las elecciones presidenciales de Estados Unidos este noviembre serán unas de las más reñidas en los últimos tiempos, según los expertos. Foto: AA. 

La arquitecta latina que pide priorizar la educación

Silvia Godefroy es arquitecta boliviana de 67 años. Vive en la ciudad de Washington y es ciudadana estadounidense desde hace cinco años. Estas serán las primeras elecciones en las que podrá ejercer su derecho al voto.

“Llevo ocho años en EE.UU. pero no había podido votar hasta ahora. Vine aquí siguiendo a mi hija, que llevaba viviendo 20 años en el país. Ella vino a estudiar, luego se casó con un ciudadano estadounidense. A los tres años recibió la ciudadanía y solicitó la green card para nosotros”.

Silvia está entusiasmada de votar en su nuevo país. “Para mí, la política exterior desempeña un papel importante a la hora de decidir mi voto. Esta es una potencia cuyas decisiones repercuten en el resto del mundo.

Estados Unidos necesita apoyar a nuestros aliados europeos y ayudar a Ucrania en su lucha contra la agresión rusa para garantizar que Europa siga siendo libre y democrática. También debe poner fin a la guerra en Gaza para que no haya más tratos inhumanos a los civiles palestinos”, dice.

No es, desde luego, lo único que la preocupa. Godefroy también cree que el próximo gobierno debe enfocarse en la educación: “La educación es el elemento que hace que las naciones crezcan, cuánto más formado esté un país mejores oportunidades disfrutan sus ciudadanos. El conocimiento definitivamente es algo importante para el futuro de un país y lo será a la hora de decidir mi voto”.

El peso de la población árabe e islámica

Si bien la inflación es el dato que más preocupa a los estadounidenses, lo cierto es que la economía del país está creciendo a un ritmo del 3% trimestral y los niveles de desempleo se encuentran en mínimos históricos. Por ello hay cada vez más ciudadanos que prestan atención a otros temas en los programas electorales de los dos partidos mayoritarios, como la política exterior. En este sentido, el voto árabe y musulmán, que supone un 2% de la población del país, puede tener un impacto determinante en los comicios.

Estados como Michigan o Wisconsin, donde residen 500.000 y 50.000 votantes de población árabe-musulmana estadounidense, respectivamente, fueron clave en la victoria de Joe Biden hace cuatro años y podrían serlo para el próximo mandatario de EE.UU.

“Desde el inicio de los ataques israelíes sobre Gaza en respuesta a los atentados de Hamás el 7 de octubre, Estados Unidos ha sido escenario de una serie de protestas y contraprotestas en sus principales ciudades y campus universitarios”, señala Javier Romero, experto en Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés, Argentina, en un informe publicado por dicha universidad. “Estas manifestaciones han incluido tanto apoyo a la causa palestina y críticas a las acciones del gobierno israelí, como movilizaciones de la comunidad judía en respuesta al aumento de ataques antisemitas y en reclamo de la liberación de rehenes”. Una doble respuesta que deja en el aire el resultado final de cara a las urnas.

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Mujeres musulmanas de Estados Unidos. Foto: AA

La solución de dos Estados y el voto judío

El expresidente Donald Trump siempre ha dejado claro su apoyo a Israel, con acciones durante su mandato como la financiación inclaudicable de sus campañas militares, y el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén. En la campaña electoral, Trump está enfocado en conseguir el voto judío (que supone un 2% del electorado), alertando en sus mitines que, si pierde en las proximas elecciones, Israel “dejará de existir”.

Por su parte, la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, si bien ha declarado su “apoyo inquebrantable” al derecho a protegerse de Israel, también defiende la creación de dos estados para dar una solución a la población palestina.

Esto le ha otorgado la confianza del 45% de los votantes en cuanto a política exterior y economía, según datos de la encuesta de Pew Research. Sin embargo, Trump, en estos aspectos, sigue encabezando las encuestas con un respaldo del 51% de los encuestados.

La evolución de las acciones militares de Israel sobre Palestina y Líbano pueden ser determinantes en los próximos resultados electorales. Estadounidenses que hoy en día aún están más preocupados por el mercado laboral y la inflación que por la política exterior, pueden, de acrecentarse los atropellos y la avanzada de Israel en Medio Oriente, cambiar en la recta final, su intención de voto.

Debebe Sesu, el conductor de metro etíope y ciudadano norteamericano, tras cuatro décadas en el país, y de ver en carne propia gobiernos de ambos lados del abanico político, no tiene dudas. “No me gusta el actual primer ministro de Israel. No son los políticos quienes están al frente de la guerra. Son los ciudadanos normales, niños y mujeres los que pagan las consecuencias”. Sesu niega con la cabeza.“Y esto, ahora mismo, tiene que acabar”.


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